¿Por qué no usamos más la bici? |
En marzo de 2013, el alcalde de Londres, Boris Johnson anunció un plan para crear la ruta en bicicleta más larga de cualquier ciudad europea. Este es sin duda buena noticia para una ciudad que aspira a reducir su huella de carbono en un 60% en 2025. En la actualidad, el londinense promedio emite 9,6 toneladas de CO2 por año, lo cual es más bajo que el de Nueva York (10,5 toneladas), pero casi el triple de Estocolmo (3,6 toneladas), a pesar de Suecia tiene un clima mucho más frío. El ciclismo es una forma obvia de hacer mella en nuestra huella de carbono. Pero, ¿qué nos evita utilizarla más?
Hay evidentes beneficios para la salud del uso de la bici. Se estima que el ciclismo proporciona un beneficio neto para la salud personal que pesa 20 veces más que el riesgo de sufrir lesiones o accidentes.
Según la fundación inglesa PleaseCycle, el 79% de los empleados desean que sus empleadores tengan una visión más positiva de la bicicleta y cuantifican que un aumento del 20% en el uso de la bici en 2015 podrían ahorrar 87 millones de libras en la reducción del absentismo. La organización también afirma que existe una diferencia de hasta 12,5% en la productividad entre empleados que hacen ejercicio y los sedentarios.
De forma general, el uso regular de la bici puede reducir la tasa de mortalidad hasta en un 36%.
Aunque los beneficios económicos y de salud son convincentes ¿Por qué no utilizamos más la bicicleta? Sin duda, no es que seamos perezosos. Aquí es donde podemos aprender algunas lecciones de otros países, los Países Bajos, en particular. Los holandeses se han convertido en bicicleta en un pasatiempo nacional y la bicicleta en un icono cultural: donde quiera que vaya en el país, hay ríos de ciclistas.
La población de los Países Bajos está en 17 millones - aproximadamente el doble de la de Nueva York o Londres - aún así hacen más desplazamientos en bicicleta que los 313 millones de estadounidenses, más que los 63 millones de australianos y lo hacen con una mayor seguridad para los ciclistas en cualquiera de esos países. Los londinenses sólo hacen un 2% de los desplazamientos en bicicleta, y los neoyorquinos aún menos, a tan sólo alrededor del 0,6% de desplazamientos. Mientras tanto, en los Países Bajos en un día de trabajo promedio, cinco millones de personas que hacen un promedio de 14 millones de desplazamientos en bicicleta.
¿Por qué, en una época en la que búsqueda de soluciones de transporte más sostenible es una prioridad, los Países Bajos ha tenido éxito tan espectacular donde otros han intentado y han fracasado? Parece que hay algunas razones obvias:
- En primer lugar, el país es relativamente plano. Pendientes por debajo del 8% son óptimas para ir en bici.
- En segundo lugar, el país es bastante pequeño, así que el espacio del vehículo es un bien escaso.
- En tercer lugar, el gobierno ha invertido mucho en infraestructura de apoyo incluyendo los carriles para bicicletas e instalaciones de almacenamiento.
- Y en cuarto lugar, el ciclismo se complementa con un sistema de transporte público bien desarrollado de trenes, autobuses y tranvías. Se potencia la intermodalidad con la bici.
También está la cuestión muy importante de la seguridad, tanto percibida como real. Las estadísticas de accidentes demuestran que los Países Bajos es el lugar más seguro del mundo para ir en bici. Es evidente que es el efecto de un buen diseño de la infraestructura y, sobretodo, del respeto de los automovilistas hacia los peatones y ciclistas (educación vial).
Retomando a la necesidad que las empresas faciliten el uso de la bicicleta, en regiones como Cataluña (España), su ley de movilidad sostenible obliga a que las empresas con más de 500 trabajadores elaboren e implanten un Plan de Movilidad Sostenible para minimizar el uso de modos de transporte motorizados. Igualmente obliga a que las nuevas promociones urbanísticas cuenten con un estudio de movilidad generada para cuantificar los nuevos desplazamientos y promover el uso del transporte público, los desplazamientos a pie y la bicicleta.
Albert Hereu
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